lunes, 31 de marzo de 2008

"The Long Tail": Lo de culto a la altura de lo comercial??

Gran análisis el hecho por Anderson, la verdad incomparable con lo que leímos en The Purple Cow. Mientras en el anterior tenemos el caso de que el autor tiende a generalizar y a considerar su visión como lo absolutamente considerable, apresurándose a saltar a conclusiones sobre "las eras" de la publicidad, en "The Long Tail" el autor investiga cuidadosamente cada uno de los mercados analizados, revisa con detención los ejemplos de su teoría, y crea hipótesis que son consistentes con el tiempo sin plantear visiones absolutistas de la realidad.

La teoría de la Cola Larga parece tener una gran cantidad de aplicaciones en el mundo de hoy, y más para los fanáticos del P2P como nosotros: es que en muchas ocasiones -irónicamente, generalizaré- el mercado de los hits (las disqueras, las productoras, las editoriales, etc.) nos confunde y tiende a sentirse predado por aquellos programas capaces de permitir el intercambio libre de archivos e información entre usuarios, cuando le sería mucho más conveniente ver esta "realidad informática" como una oportunidad. El caso del programa Saturday Night Live ilustrado en el texto es un excelente ejemplo para argumentar que las compañías profesionales interesadas en la búsqueda de talentos o potenciales hits deberían buscar cómo alimentarse de la abundante (y prácticamente sin costo) "oferta de talento disponible" y de las posibilidades de publicidad disponible hacia los nichos, que aparecen como distanciados del mercado de hits. Así, se convierten en receptores y canalizadores de las nuevas posibilidades tecnológicas, en lugar de competir y ser predado por ellas (ante la enorme desventaja en costos, así como por el cada vez más pequeño margen de diferenciación que pueden mostrar). Al contrario, terminan sobrerreaccionando en defensa de su mercado con publicidades que los muestran atacando virulentamente el tema de la piratería:



En cualquier caso, esta publicidad a veces excesivamente agresiva contra las formas de piratería y P2P, ya ha sido ingeniosamente parodiada por varios medios que o bien han sido más proclives a aceptar la piratería y la transferencia entre usuarios como una realidad, o bien han considerado exagerada la reacción de los defensores del copyright. Mi favorito personal es esta parodia realizada por la serie cómica norteamericana The IT Crowd:



Quisiera mencionar como particularidad del caso de Radiohead, banda de rock británica que decidió poner su último disco a disponibilidad de cualquier usuario vía internet, al precio que cada uno de éstos estuviera dispuesto a pagar. El efecto positivo fue evidente: la reputación de la banda subió como la espuma en varios nichos que no habían sido explorados (o ya habían sido lisa y llanamente dejados de lado) por las disqueras, el pago compensatorio de los fans cubrió buena parte de las pérdidas esperables por "no uso" de copyright, y el efecto publicitario e innovador de su medida terminó resultando una excelente inversión en imagen.A veces, "si no puedes con ellos, úneteles" es una astuta estrategia de negocios:

http://www.cremark.net/caso-radiohead-in-rainbows-nuevos-paradigmas-en-la-comercializacion-de-musica-en-un-mundo-20/

Resumiendo: el desarrollo de internet y de tecnologías capaces de conectar a los usuarios a través de una red global que les permita desarrollar sus propios nichos, más allá de los segmentos "rentables" que son los usualmente trabajados por las empresas profesionales de los rubros de música, libros, películas, etc. debería ser visto como una oportunidad por parte de estos últimos, ya que les permite buscar la mejor forma de cubrir mercados que hasta hoy nunca fueron trabajados, y no como una amenaza a su sustentabilidad que deba ser combatido por la defensa incondicional del copyright. Ya existen suficientes ejemplos de grupos que se han atrevido a ir contra la corriente y salir de los nichos tradicionales, y hasta el momento han navegado con éxito a través de esta larga, interminable y misteriosa cola.

domingo, 23 de marzo de 2008

The Purple Cow, o "Cómo descubrí que para tener una vaca lechera, ésta no puede ser una vaca cualquiera"

El texto parte refiriéndose a la costumbre de los expertos en marketing de referirlo todo en función a las 4 P (aunque en realidad son reconocidas unas 9 P, donde cada quien elige sus favoritos). En este caso se dice que no existe un estudio de lo "remarkable" (según wordreference, lo notable o extraordinario), y que hace falta una "P" para resumir la importancia de salirse de lo común a la hora de desarrollar un producto. Me permito, para el caso, sugerir los términos "particular" y "prodigioso", que con distintos grados de énfasis podrían ser las "P" a las que el autor se refiere.

El autor enfatiza, luego, que "Lo que no es notable es invisible", lo cual es una afirmación a mi juicio demasiado general, y que omite la importancia del valor de marca. ¿Cómo separamos lo que es notable de lo que no lo es? Coca-Cola puede haber sido notable a finales del siglo XIX y principios del XX, pero no podríamos decir que resulta invisible hoy en día. Lo mismo ocurre con casi todas las marcas que han alcanzado la excelencia hoy en día. Pese a esta generalización innecesaria, los fundamentos que otorga el autor en general parecen cumplirse: es cierto que la sociedad moderna globalizada, entre otras consecuencias, ha causado que los consumidores y clientes potenciales de los mercados ahora tengan menos tiempo para dedicarlo a la búsqueda de productos.

El caso del pan en rebanadas es interesante: una creación así no habría prosperado sin el aporte de la publicidad, la que permitió su popularización e incluso su mitificación (de ahí el término "lo mejor desde el pan de molde") incluso casi 20 años después de la invención original del producto. Eso sí, sólo con publicidad no es posible llegar muy lejos. Es falso lo que dice el autor respecto a que son poco relevantes las preguntas que se hace el consumidor, sino que hay que preocuparse siempre de crear preguntas nuevas. El caso de Ford Edsel, retratado por Stephen Pile, me parece decidor:



EL PEOR COCHE DEL MUNDO (Extracto de "El libro de los Fracasos Heroicos", de Stephen Pile)
Ford produjo el peor coche de la década en 1957: el Edsel. La mitad de los modelos que se vendieron resultaron estar llenos de defectos. Con un poco de suerte uno podía tener un coche con alguna o todas las siguientes características: puertas que no cerraban, portamaletas y capós que no abrían, baterías que se descargaban, cláxones que se quedaban atascados, tapacubos que se caían, pintura que se cuarteaba, transmisiones que se rompían, frenos que fallaban e interruptores que no podían activar ni tres personas juntas.
En un arrebato de intuición comercial, el Edsel, uno de los coches más grandes y lujosos que se hayan construido, coincidió con un período en que la gente empezaba a necesitar coches más utilitarios. Como publicó la revista Time: "Era un caso típico del coche menos indicado para el mercado menos conveniente en el momento menos oportuno".
Aunque ya fue impopular desde el principio, la popularidad del coche decayó. Un informe comercial de la época comparaba la gráfica de ventas del Edsel con una pista de esquí terriblemente peligrosa. Añadía además que sólo se había dado un caso de robo de Edsel, que se supiera.

Respecto a la visión del marketing, se aconseja asumir que la gente NO comprará el producto, lo cual es un supuesto razonable: hay más elecciones de producto y menos tiempo disponible para hacerla, por lo cual la probabilidad de que la gente escudriñe cuidadosamente el mercado, note las ventajas que presenta tu producto y opte por ésta, es mucho menor de lo que fue en el pasado.

Se explica en el texto que existe un antes y un después en las estrategias de marketing. Durante buena parte del siglo pasado lo importante era desarrollar una gran inversión en publicidad con el fin de llegar a una gran cantidad de personas e instalarse en el mercado de manera segura, manteniendo un ciclo de vida largo. En este modelo se sobreestima el efecto de la publicidad en las decisiones de las personas, y se subestima el efecto boca a boca, no obstante es lo que pareció funcionar mejor durante muchos años. Ahora, con el aumento de la tecnología y los cambios en la mentalidad de las personas, los ciclos de vida son más cortos y es importante resaltar en el mercado, ser conocido como "notable" (aunque en lo personal creo que lograr notoriedad no siempre fue importante... no creo que las empresas del pasado buscaran "ser como las demás").

Ahora, se dice, es más importante llegar a los adoptadores tempranos, con lo que se le daría mucha importancia al efecto boca a boca. Creo que si bien es cierto que las tendencias han cambiado, el cambio no es tan brusco. Los productos no buscaban ser tan normales ni la publicidad tan masiva antes, así como los actuales no buscan tan solo ser notables ni enfocarse exclusivamente a los adoptadores tempranos ahora.

Más allá de los consejos para marketing de productos exhibidos en el texto, me llamó la atención la nota al pie del final: "Excepto, por supuesto, cuando ser aburrido es en sí mismo algo notable". Muchas marcas han utilizado al arma del aburrimiento para diferenciar sus productos, logrando éxito en la mayoría de los casos. Es curioso como inclusive el aburrimiento puede utilizarse en forma hilarante, y cómo esta parodia puede utilizarse, finalmente, para hacer publicidad.

martes, 18 de marzo de 2008

"Es fácil no ver lo que no estás buscando"

Estrenando mi blog... con una columna de Casciari

La Verdadera Edad de los Países
por Hernán Casciari

Una lectora sagaz me dice en el comentario 227 del artículo llamado España, decí alpiste, que 'Argentina no es mejor ni peor que España, sólo más joven'. Me gustó esa teoría y entonces inventé un truco para descubrir la edad de los países basándome en el sistema perro. Desde chicos nos explicaron que para saber si un perro es joven o viejo había que multiplicar su edad biológica por 7. Con los países, entonces, hay que dividir su edad por 14 para saber su correspondencia humana. ¿Confuso? En este artículo pongo algunos ejemplos reveladores.
Argentina nació en 1816. Tiene ciento ochenta y nueve años. Si lo dividimos por 14, Argentina tiene trece años y cuatro meses. O sea, está en la edad del pavo. Argentina es rebelde, es pajera, no tiene memoria, contesta sin pensar y está llena de acné. Por eso le dicen el granero del mundo.
Casi todos los países de América Latina tienen la misma edad y, como pasa siempre en esos casos, hay pandillas. La pandilla del Mercosur son cuatro adolescentes que tienen un conjunto de rock. Ensayan en un garage: hacen mucho ruido y jamás sacaron un disco. Venezuela, que ya tiene tetitas, está a punto de unirse para hacer los coros. En realidad quiere coger con Brasil, que tiene catorce y la poronga grande. Son chicos; un día van a crecer.
México también es adolescente, pero con ascendente indio. Por eso se ríe poco y no fuma inofensivo porro como el resto de sus amiguitos. Fuma peyote y se junta con Estados Unidos, que es un retrasado mental de 17 que se dedica a matar a chicos hambrientos de seis añitos en otros continentes.
En el otro extremo, por ejemplo, está la China milenaria: si dividimos sus 1.200 años entre 14, nos da una señora de ochenta y cinco, conservadora, con olor a pis de gato, que se la pasa comiendo arroz porque no tiene para comprarse la dentadura postiza. Tiene un nieto de ocho, Taiwán, que le hace la vida imposible. Está divorciada hace rato de Japón, que es un viejo cascarrabias al que todavía se le para la chota. Japón se juntó con Filipinas, que es jovencita, es boluda y siempre está dispuesta a cualquier aberración a cambio de dinero.
Después están los países que acaban de cumplir la mayoría de edad y salen a pasear en el BMW del padre. Por ejemplo Australia y Canadá. Estos son típicos países que crecieron al amparo papá Inglaterra y de mamá Francia, con una educación estricta y concheta, y ahora se hacen los locos. Australia es una pendeja de 18 años y dos meses que hace topless y coge con Sudáfrica; Canadá es un chico gay emancipado que en cualquier momento adopta al bebé Groenlandia y forman una de estas familias alternativas que están de moda.
Francia es una separada de 36 años, más puta que las gallinas, pero muy respetada en el ámbito profesional. Es amante esporádica de Alemania, un camionero rico que está casado con Austria. Austria sabe que es cornuda, pero no le importa. Francia tiene un hijo, Mónaco, que tiene seis años y va camino de ser puto o bailarín, o las dos cosas.
Italia es viuda desde hace mucho tiempo. Vive cuidando a San Marino y a Vaticano, dos hijos católicos idénticos a los mellizos de los Flanders. Italia estuvo casada en segundas nupcias con Alemania (duraron poco: tuvieron a Suiza) pero ahora no quiere saber nada con los hombres. A Italia le gustaría ser una mujer como Bélgica, abogada, independiente, que usa pantalón y habla de tú a tú de política con los hombres. (Bélgica también fantasea a veces con saber preparar spaghettis.)
España es la mujer más linda de Europa (posiblemente Francia le haga sombra, pero pierde en espontaneidad por usar tanto perfume). España anda mucho en tetas y va casi siempre borracha. Generalmente se deja coger por Inglaterra y después hace la denuncia. España tiene hijos por todas partes (casi todos de trece años) que viven lejos. Los quiere mucho, pero le molesta que los hijos, cuando tienen hambre, pasen alguna temporada en su casa y le abran la heladera.
Otro que tiene hijos desperdigados es Inglaterra. Gran Bretaña sale en barco a la noche, se culea pendejas y a los nueve meses aparece una isla nueva en alguna parte del mundo. Pero no se desentiende: en general las islas vivien con la madre, pero Inglaterra les da de comer. Escocia e Irlanda, los hermanos de Inglaterra que viven en el piso de arriba, se pasan la vida borrachos, y ni siquiera saben jugar al fútbol. Son la vergüenza de la familia.
Suecia y Noruega son dos lesbianas de 39, casi 40, que están buenas de cuerpo a pesar de la edad y no le dan bola a nadie. Cogen y laburan: son licenciadas en algo. A veces hacen trío con Holanda (cuando necesitan porro), y a veces le histeriquean a Finlandia, que es un tipo de 30 años medio andrógino que vive solo en un ático sin amueblar, y se la pasa hablando por el móvil con Corea.
Corea (la del sur) vive pendiente de su hermana esquizoide. Son mellizas, pero la del norte tomó líquido amniótico cuando salió del útero y quedó estúpida. Se pasó la infancia usando pistolas y ahora, que vive sola, es capaz de cualquier cosa. Estados Unidos, el retrasadito de 17, la vigila mucho, no por miedo, sino porque quiere sus pistolas.
Israel es un intelectual de sesenta y dos años que tuvo una vida de mierda. Hace unos años, el camionero Alemania (que iba por la ruta mientras Austria le chupaba la pija) no vio que pasaba Israel y se lo llevó por delante. Desde ese día, Israel se puso como loco. Ahora, en vez de leer libros, se la pasa en la terraza tirándole cascotes a Palestina, que es una chica que está lavando la ropa en la casa de al lado.
Irán e Irak eran dos primos de 16 que robaban motos y vendían los repuestos, hasta que un día le robaron un respuesto a la motoneta de Estados Unidos, y se les acabó el negocio. Ahora se están comiendo los mocos.
El mundo estaba bien así, es decir, como estaba. Hasta que un día Rusia se juntó (sin casarse) con la Perestroika y tuvieron docena y media de hijos. Todos raros, algunos mogólicos, otros esquizofrénicos.
Hace una semana, y gracias a un despelote con tiros y muertos, los habitantes serios del mundo descubrimos que hay un país que se llama Kabardino-Balkaria. Un país con bandera, presidente, himno, flora, fauna, ¡y hasta gente!
A mí me da un poco de miedo que nos aparezcan países de corta edad, así, de repente. Que nos enteremos de costado, y que incluso tengamos que poner cara de que ya sabíamos, para no quedar como ignorantes. ¿Por qué siguen naciendo países nuevos —me pregunto yo— si los que hay todavía no funcionan?